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Durante los Ćŗltimos millones de aƱos, nuestros antepasados ​​se enfrentaron a una vida relativamente sencilla. Su Ćŗnico objetivo era mantenerse con vida. Durante eones la evoluciĆ³n ha ido perfilando las caracterĆ­sticas fĆ­sicas y sĆ­quicas del ser humano. Un ejemplo clĆ”sico es el del comportamiento de un humano primitivo ante el sonido que produce el roce de la vegetaciĆ³n. Puede pensar que se trata del ruido del viento y continuar su camino, o puede asustarse y pensar que se trata de una pantera, y subirse a un Ć”rbol. Las consecuencias de un error en una u otra interpretaciĆ³n tienen impactos evolutivos muy distintos. Si la primera opciĆ³n es errĆ³nea, y realmente se trata de una pantera, el humano morirĆ”. Si el segundo comportamiento es errĆ³neo, pasado un tiempo tras subirse al Ć”rbol, bajarĆ” y continuarĆ” su camino, teniendo opciĆ³n a procrear, y a dar continuidad a su tendencia asustadiza. Esto quiere decir que un comportamiento cauteloso, incluso paranoico, tiene mĆ”s peso evolutivo que uno que no lo es. Los individuos que se asustan de un susurro, que piensan que los truenos son consecuencia del enfado de los dioses, que tienen miedo a la noche, tienen mĆ”s posibilidades de sobrevivir que el resto.

Y si esto es asĆ­, ¿por quĆ© no todos somos conspiranoicos? Dentro de nuestro cerebro hay un conflicto de dos fuerzas. Una de ellas es el impulso nativo, instintivo, de ver todo como una amenaza. El otro es nuestro pensamiento racional, que analiza los hechos, los procesa segĆŗn la los conocimientos adquiridos y nos proporciona una valoraciĆ³n real del peligro existente.

Veamos dos ejemplos que ilustran lo expuesto.

David Icke es un teĆ³rico de la conspiraciĆ³n britĆ”nico conocido por afirmar que la mayorĆ­a de los lĆ­deres mundiales son en realidad extraterrestres reptiles disfrazados. Pero David hace una “vida normal”, viaja, vende libros, da conferencias, y no estĆ” internado en un manicomio, como cabrĆ­a esperar de alguien que hace semejantes afirmaciones. La razĆ³n es que probablemente no es un enfermo mental en absoluto. Su cerebro estĆ” haciendo exactamente lo que se supone que deberĆ­a de hacer. Ɖl ve a un grupo de hombres poderosos, y su instinto le sugiere que esas personas tienen un propĆ³sito siniestro. Algo similar ocurre en las reuniones del G-8 o de los Bilderberg. A muchos seguro que se les pasa por la cabeza un pensamiento similar a este: “Apuesto a que saben algo que yo no sĆ©, que me afecta y que me encantarĆ­a saber”.

La diferencia entre un individuo conspiranoico y otro que no lo es, es la fuerza de la otra lĆ­nea de pensamiento, la racional. Esta depende de las experiencias de cada uno y del conocimiento acumulado durante su existencia, y segĆŗn sea esta fuerza, podrĆ” neutralizar o no el temor instintivo ante lo que nos asusta.

El segundo ejemplo es sobre la industria farmacĆ©utica. Al contemplar un grupo de empresas poderosas y muy rentables econĆ³micamente, nuestro cerebro nos alerta ante la posibilidad de que tengan objetivos ocultos, como exterminar a la poblaciĆ³n o causarnos enfermedades, para enriquecerse al curĆ”ndonos con sus medicamentos. DespuĆ©s le pasamos el filtro racional, que sopesa analĆ­ticamente el peligro real de esta amenaza. Pero lo cierto es que la gente de la calle tiene muy poca informaciĆ³n sobre el funcionamiento de la industria farmacĆ©utica, y sĆ­ que tiene acceso a noticias en las que narra cĆ³mo se han tenido que retirar medicamentos por ser perjudiciales, o cĆ³mo unas vacunas han provocado daƱos a algĆŗn colectivo especĆ­fico. Esto hace que esta amenaza sea tomada como plausible, mientras que la amenaza de que los gobernantes sean reptiles es tomada como una tonterĆ­a.

Cualquier teorĆ­a de la conspiraciĆ³n es un tono gris entre estos dos tipos especĆ­ficos que delimitan es espectro, pero tanto el caso de David Icke que ve reptiles, o de un compaƱero de trabajo que evita vacunarse contra la gripe, son el resultado de un mismo proceso de pensamiento, en el que el cerebro hace el trabajo que ha aprendido a hacer durante la evoluciĆ³n de millones de aƱos.

Informa: http://laeradeaquario.blogspot.com.es
Fuente: http://laverdadconspiranoica.com

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