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Siempre hemos pensado que estĆ”bamos situados en lo mĆ”s alto de la cadena alimenticia, que Ć©ramos la especie superior en este planeta y con esos aires de grandeza nos hemos movido por el mundo durante gran parte de la historia. Hemos mirado con desprecio y superioridad al resto de especies que habita la naturaleza, pasando por nuestros fogones a casi la totalidad de las mismas, pero hay de nosotros cuando nos percatemos que no solo no estamos en lo mas alto de dicha pirĆ”mide, si no que seguramente, tendremos que bajar un par de peldaƱos. Todos los dioses que han tenido los distintos pueblos a lo largo de la historia, han exigido como parte indispensable de su adoraciĆ³n e intercambio de conocimientos, un ritual de carne y sangre, acompaƱado de ceremonias en las que las carnicerĆ­as y las mas horrendas torturas se llevaban a cabo sobre animales, niƱos (primogĆ©nitos en muchos casos) mujeres (por lo general vĆ­rgenes) y hombres (guerreros, iniciados o cualquier tipo de elegido a su gusto) en los que un sacerdote elegido por estas entidades, aplicaba los mandatos “divinos” para goce y satisfacciĆ³n de estos.

Hay tres formas bĆ”sicas de alimentarse de nosotros o mejor, como formar parte de su alimento, dejar claro desde el principio, que estas entidades no son humanas, todas tienen cuerpo fĆ­sico y en su dieta los humanos formamos un elemento mĆ”s en el menĆŗ. Ellos mantienen su forma bĆ”sica de alimentaciĆ³n a los humanos (su mejor recurso), ellos aprecian mas nuestra especie sobre cualquier otra que habite el planeta, aunque esto no quiera decir que esas especies “menores” no les sirvan, simplemente extraen un catalogo mas amplio de placer y una extensiĆ³n mas amplia de texturas a travĆ©s nuestra.

Existen tres grupos bƔsicos, los que se alimentan de nuestra carne y nuestra sangre, los que se alimentan de nuestra energƭa y los que lo hacen refinando nuestra energƭa de formas mƔs complejas, pero no por ello mejores. La mayorƭa de estas entidades son regresivas, esto quiere decir que disfrutan de la energƭa en su estado mas negativo, son primarias en esencia y sus conciencias no evolucionan, por lo general, hacia estados de conocimiento del otro (empatƭa), no son humanos, su origen es reptil y anfibio. Seguramente llegados a este punto, seas o bien de los que niegas o bien de los que matizarƭas aun mas.

Estos reptiles toman nuestra carne, nuestra sangre y nuestras grasas, como alimento esencial, pero no se limitan a consumirnos como nosotros pudiĆ©ramos hacer con una vaca, es necesario que esta carne sea macerada de una forma especial, ellos aplicaran mediante tortura y las formas mas horrendas de aplicar dolor al sacrificado hasta llevarlo al limite, dejarlo en un Ć©xtasis de dolor consciente, procuraran llevarlo al paroxismo, al dolor mĆ”ximo sin que este pierda el conocimiento ya que es ingrediente indispensable, las glĆ”ndulas cerebrales se encargara de inundar el torrente sanguĆ­neo de un cĆ³ctel de endorfinas y adrenalina que harĆ”n las delicias de estos predadores. Debemos asumir que estos reptiles tienen altas cotas de poder sobre el pueblo, debido a su supuesta divinidad y al hecho de mantenerse completamente ocultos a nuestros ojos. Ellos requieren que se les sirvan su alimento como a ellos les gusta que les sea “cocinado” y cuesta poco imaginarse a estos reptiles devorando nuestra carne y bebiendo nuestra sangre.

DetrĆ”s de estos entes estĆ”n todos los estamentos de poder que conoces, siendo la iglesia y la polĆ­tica sus principales surtidores de recursos. Las redes de pederastia, trata de blancas y trafico humano, surten a travĆ©s de los resortes y los recursos de los que disponen las altas instituciones, para mantener un flujo constante de este preciado recurso alimenticio. DetrĆ”s de las desapariciones de niƱos y adolescentes, de los cuales mas del 95% no se vuelve a tener conocimiento de su existencia, entrando a formar parte de estas redes de suministro cĆ”rnico. Cientos de miles de niƱos y adolescentes acaban literalmente en el menĆŗ de estos seres, con el beneplĆ”cito de todos los organismo polĆ­tico-religiosos y el total desconocimiento de la mayor parte de las fuerzas de seguridad.

Que pasa cuando estos reptiles no son de nuestra densidad. Los entes de cuarta densidad anclados en la negatividad, que no precisan de alimento fĆ­sico y extraen la energĆ­a que precisan a travĆ©s de otros recursos. En las densidades superiores a la nuestra, la forma de alimentarse es completamente distinta, las entidades de carĆ”cter positivo extraen su sustento del prana, en el caso negativo requieren de otros estĆ­mulos para satisfacer sus necesidades energĆ©ticas, llamarlo alimento no seria del todo exacto, pero este concepto servirĆ” para asimilarlo mejor. Al no ser su fuente principal de energĆ­a, el logos solar, requieren una gran cantidad de recursos y por supuesto, una casi constante bĆŗsqueda de alimento.

Estas entidades reptiles que viven en el llamado, bajo astral, lejos de nuestro normal rango visual y sensorial. Tienen una especie de apetito que se satisface mediante la parasitaciĆ³n y la absorciĆ³n de energĆ­as que nosotros como entes espirituales emanamos de algĆŗn modo. Los humanos como seres puramente emocionales no solo podemos mostrar amor, empatĆ­a o compasiĆ³n, sentimientos que emiten una energĆ­a que puede ser percibida por los que tenemos alrededor nuestro, pero si por el contrario sentimos miedo, ira, tristeza u odio, esto tambiĆ©n serĆ” percibido por nuestro entorno, ya que estas energĆ­as emitidas a travĆ©s del canal sentimental son altamente poderosas, fĆ”cilmente sugestionables y para estos entes nutritivas. Para poneros un ejemplo palpable, es muy comĆŗn el haber conocido a alguien, un amigo, conocido o familiar, que al estar un tiempo con Ć©l o ella, sentimos un cansancio fuera de lo normal, es como si nos hubieran robado nuestra energĆ­a, nuestra esencia vital. Los vampiros energĆ©ticos son muy comunes sobre todo en entornos laborales de alto estrĆ©s, es muy comĆŗn que algunos de los integrantes de ese entorno laboral absorban consciente o inconscientemente la energĆ­a de aquellos que le rodean, especialmente de individuos anĆ­micamente mĆ”s vulnerables, los estados anĆ­micos bajos o depresivos son ideales para que literalmente te dejen seco.

Cuando estos demonios son invocados en esos rituales y en el sacrificio ceremonial, la practica de la tortura solo sirve en un primer momento para atraer y posteriormente alimentar con esa mezcla de miedo y dolor a estas entidades y despuĆ©s alimentar con la carne y la sangre al resto (ritual imitado en las misas cristianas), estos seres energĆ©ticos de baja vibraciĆ³n no necesitan necesariamente estas invocaciones ritualisticas para alimentarse, estas solo se producen cuando la cabala lo ordena, que no es otra cosa que una conjunciĆ³n astrolĆ³gica y numĆ©rica, que hacen de esta invocaciĆ³n y posterior sacrificio, un elemento supuestamente muy poderoso. La forma comĆŗn es que el propio sistema, segĆŗn esta diseƱado, nutra a estas entidades de energĆ­a suficiente para mantenerlos contentos.

Nuestra sociedad segĆŗn esta construida (o mas bien como la construyeron) fue diseƱada para, no solo mantenernos controlados y sumisos, si no para estar constantemente emitiendo energĆ­as de baja vibraciĆ³n, para servir de alimento a estas entidades. Solo hay que echar un vistazo detenidamente a nuestro sistema, en el que la competitividad, la culpa, el miedo, la depresiĆ³n, el amor posesivo y el vacĆ­o moral, campan a sus anchas en un perfecto caldo de cultivo para estar emitiendo este tipo de energĆ­a, ellos se alimentan de forma parasitaria del odio, el miedo, la ira, la culpa, el rencor y un largo etcĆ©tera de sentimientos negativos, que hacen que propiciemos una emanaciĆ³n energĆ©tica tal que seamos un autentico manjar para ellos y nuestro planeta sea un autentico y gigantesco buffet libre.

Es comĆŗn que el sistema organice eventos especiales para que satisfagan su apetito, ya no solo en conflictos armados o atentados que provoque el terror, si no que tambiĆ©n se diseƱaron eventos para que el ganado humano descargase en ellos sus bajas energĆ­as de forma colectiva a travĆ©s de grandes eventos deportivos o musicales, que en determinadas Ć©pocas del aƱo se organizan para ser pasto de estos parĆ”sitos. La naturaleza sin querer tambiĆ©n contribuye a su alimentaciĆ³n energĆ©tica y tambiĆ©n disfrutan de buen yantar en grandes catĆ”strofes, ya sean terremotos, tsunamis o cualquier otro evento climatolĆ³gico extremo, donde el caos reine. TambiĆ©n frecuentan lugares en los que ha habido grandes y aparatosos accidentes, para asĆ­ adueƱarse de toda esa acumulaciĆ³n de miedo, desesperanza y desasosiego.

Estos entes regresivos tambiĆ©n son capaces de parasitar elementos concretos. Estos parasitarios se pueden hacer con un individuo, una familia o una casa, en el caso, de ser un individuo su objetivo, lo sumirĆ”n en una gran depresiĆ³n, un estado infinito de tristeza, en el que ellos como autenticas garrapatas se alimentaran de Ć©l hasta provocarle el suicidio. Los hay que gustan de la posesiĆ³n como modo de alimento, someterĆ”n a ese cuerpo a innumerables torturas fĆ­sicas para su degustaciĆ³n hasta que son expulsados o el sujeto muere, en ambos casos puede ser una o mas de entidades las que someten al humano. En el caso de que parasiten una familia, ellos provocaran la discordia y el odio entre los miembros y se alimentaran la tensiĆ³n creada entre sus miembros para alimentarse ellos. Cuando esto ocurre, la familia elegida serĆ” sometida a constantes cambios de Ć”nimo, del odio, a la tristeza, de la ira, a la depresiĆ³n y les perseguirĆ”, hasta que este nĆŗcleo familiar quede completamente destruido o estas entidades sean echadas. En el caso de que tomen una casa o un lugar concreto, este serĆ” aprovechado para parasitar a todo aquel que more allĆ­, de este modo intentaran consumir rĆ”pidamente a aquellos que paren en aquel lugar hasta destruirlos completamente, a no ser que estos opten por huir de ese lugar. ¿CĆ³mo defendernos de estos entes? ¿CĆ³mo evitar que se alimenten de nosotros? Muy sencillo, mas sencillo de lo que se pueda imaginar, si lo que quieres es no alimentar a estos demonios, lo mejor es evitar producir aquello que tanto les gusta y hacer todo lo contrario, deslocalizar nuestro ego y empezar a dejar fluir la empatĆ­a, la compasiĆ³n, la tolerancia y el amor, es importante remarcar que estos sentimientos para que sean verdaderamente positivos no deben ser posesivos, no es amor o no es entendido asĆ­, el amor carnal o a lo que sentimos por un ser allegado, amor es el respeto, la comprensiĆ³n y la aceptaciĆ³n total del prĆ³jimo, entendiĆ©ndole como una parte mas de ti. Una vez asumido esto, no solo dejaremos de alimentar a estos demonios sino que seremos un perfecto repelente, de este tipo de entidades.

Existe un tercer grupo de entes a los que considero mas peligrosos, estas entidades mas “refinadas” y exquisitas en sus gustos alimenticios, debido quizĆ” a una evoluciĆ³n en su conciencia o quizĆ” debe ser que con el tiempo, fueron prefiriendo otras energĆ­as mas poderosas con las que satisfacerse, mas incluso que el miedo o la ira y requieren un esfuerzo mayor por nuestra parte y una infraestructura o al menos un mĆ©todo mas sibilino para adquirir su fruto y no es otro que la devociĆ³n. Estos entes se mostraran a ciertos iluminados en distintas formas, Ɓngeles, Santos o VĆ­rgenes (apariciones Marianas), esta ultima es la opciĆ³n mas comĆŗn y la mas extendida, tambiĆ©n han puesto muy en boga el fenĆ³meno extraterrestre haciĆ©ndose pasar por entidades de luz o comandantes de federaciones estelares.

Suelen mostrarse a personas de poca cultura, personas que no tienen el suficiente bagaje para someter al anĆ”lisis crĆ­tico el fenĆ³meno que les sucede, una vez captado el sujeto se le harĆ” saber, que se encuentra ante una deidad sea esta cual sea y se le harĆ” portador de un mensaje profĆ©tico el cual debe mostrar al mundo. RequerirĆ” que se le adore un dĆ­a determinado al mes, seguro, que por allĆ­ habrĆ” un manantial o algĆŗn acuĆ­fero, del que les pedirĆ”n que beban, se les provocara algĆŗn estado alterado de conciencia e incluso alguna sanaciĆ³n “milagrosa” con la que reforzar el mito. Con estos ingredientes se aseguraran un caudal constante de pasiĆ³n y devociĆ³n ciega y nutritiva, posteriormente exigirĆ” una capilla o templo, acompaƱando estos hechos, mostrara una fenomenologĆ­a diversa, vĆ©ase baile solar, manantial curativo o imĆ”genes que lloren o sangren, o ambas a la vez.

Si se tiene un cierto sentido comĆŗn, nada que venga de un dios de carĆ”cter amoroso o positivo exigirĆ” nada a cambio y menos aun harĆ” sangrar ninguna imagen o persona, el mero hecho de haber sangre ya denota un signo demonĆ­aco, ni el JesĆŗs espiritual, ni la Fuente creadora de todo, tendrĆ”n nunca ningĆŗn tipo de manifestaciĆ³n, ya que el mero hecho de estar vivos supone el ejemplo claro de su divinidad en nosotros, por lo tanto, todo lo que sea exĆ³geno a nuestra propia conciencia, serĆ” por ende demonĆ­aco, y cuando me refiero a demonĆ­aco no quiero que imaginemos el arquetipo de demonio rojo con cuernos, si no mas bien, un ente de carĆ”cter reptil, con capacidad para engaƱarnos y hacernos creer que son dios, JesĆŗs, la Virgen MarĆ­a o cualquier otra divinidad. Seguramente tu programaciĆ³n y tu sistema de creencias no soporte tales afirmaciones, pero creo estar equivocĆ”ndome poco, estos entes absorberĆ”n toda esa devociĆ³n, esa pasiĆ³n y esa fe ciega como autĆ©nticos yonkis energĆ©ticos, tendrĆ”n ante si una verdadera delicatessen energĆ©tica.

Finalmente y por regla general, estos iluminados o contactados, acaban mal, una vez es conseguido asentar este centro de devociĆ³n y se construye la capilla y se consiguen un numero aceptable de devotos, suelen morir de cĆ”ncer o de largas y dolorosas enfermedades. TambiĆ©n este fenĆ³meno esta mutando a nuevas formas de devociĆ³n, mostrĆ”ndose como visitantes extraterrestres benĆ©volos que contactan con uno o varios individuos, dĆ”ndole toda la imagineria del avistamiento, el ovni y el progresivo contacto pasando por las diferentes fases del mismo 1ĀŖ fase, el avistamiento, la 2ĀŖ, el contacto visual o aterrizaje del artefacto, la 3ĀŖ fase, la comunicaciĆ³n telepĆ”tica o verbal y la 4ĀŖ, la visita y el correspondiente viaje en su nave.

Por lo general esto termina formando un grupo de carĆ”cter sectario, en el que aparte del mensaje que esta entidad quiera mostrar, si profĆ©tica o de hermandad, una vez extiendan su mensaje y se cree un grupo de contacto donde un dĆ­a concreto de cada mes se producirĆ” el fenĆ³meno de adoraciĆ³n (como en el caso Mariano). En ambos casos el proceso es bĆ”sicamente el mismo, solo varia el escenario, pero la pantomima es la misma, esto no quiere decir que todos los contactados sean victimas de este engaƱo, pero si me atrevo a decir que la gran mayorĆ­a lo son, cualquier situaciĆ³n de este tipo que exija un cambio de estructuras de pensamiento y formas, y ademĆ”s exija una situaciĆ³n periĆ³dica y grupal, es cuanto menos sospechosa.

El desengancharse de este tipo de parasitismo, es altamente complicado, por lo general el sujeto que cae en estas redes, cree que su contacto con la divinidad es autentico y costara hacerle entender que solo es el aperitivo de unas entidades que ni son divinas, ni hacen milagros y por supuesto no desean nuestro bien. Si piensas que estos fenĆ³menos son muy concretos y aislados te equivocas, quizĆ”s estas entidades sea de carĆ”cter menor, ya que las de carĆ”cter superior se ponen las botas en lugares masivos como el Vaticano o la Meca. En estos grandes lugares de peregrinaciĆ³n si pudiĆ©ramos seguramente verĆ­amos autĆ©nticos hervideros de estos entes, disfrutando del banquete.

Puede que aun estĆ©s un poco receloso y te cueste hacerte a la idea de no ser mĆ”s que el habitante de una granja. Es difĆ­cil hacerse a la idea que nuestro papel en el mundo no sea mĆ”s importante que el de una gallina o una vaca, para segĆŗn que seres. No me tienes que creer, revisa la historia por ejemplo y busca un periodo de paz, seguramente no lo encontraras, se hace difĆ­cil entender por que llevamos milenios matĆ”ndonos bajo los pretextos mas estĆŗpidos, me niego a creer que el ser humano es tan irracional que solo en el conflicto logre solucionar sus problemas, por lo tanto si tĆŗ como yo crees que no somos seres altamente irracionales y belicosos, por lo tanto a quien debe interesar el constante conflicto en el que estamos, el constante estado de odio y miedo, el constante enfrentamiento religioso y el constante estado de abatimiento en el que este sistema no sume. ReflexiĆ³nalo y seguro que comenzaras a plantearte dejar de seguir alimentando a estos monstruos.

Nuestra huida de la granja debe empezar por matar de hambre a estas entidades, dejar de tener miedo y dejar de creer en otras cosas que no seamos nosotros mismos. Una vez que esto sea algo al unĆ­sono y global, seremos completamente libres, en nuestra mano esta la llave de la celda, a que esperamos para usarla.



Informa: http://laeradeaquario.blogspot.com.es
Fuente: http://lacosechadealmas.blogspot.com.es

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